jueves, 31 de mayo de 2012

Factores de riesgo al no hacer ejercicio



Factores de riesgo cardiovascular para niños y adolescentes

Las enfermedades del corazón no son una de las principales causas de muerte en niños y adolescentes, pero son la primera causa de muerte en los adultos en los Estados Unidos. Es más, cada 37 segundos muere alguien en los Estados Unidos de algún tipo de enfermedad cardiovascular.

Gracias a muchos estudios y miles de pacientes, los investigadores han descubierto ciertos factores que desempeñan un papel importante en las probabilidades de padecer una enfermedad del corazón. Éstos se denominan factores de riesgo. Algunos factores de riesgo pueden alterarse, tratarse o modificarse y otros no.

La mayoría de los factores de riesgo que afectan a los niños pueden controlarse en la niñez, lo cual reduce el riesgo cardiovascular más adelante. Otros factores de riesgo típicamente se transmiten de una generación a la siguiente (son hereditarios) o son el resultado de otra enfermedad o trastorno. Estos factores de riesgo típicamente pueden controlarse. Las cardiopatías congénitas (defectos cardíacos de nacimiento) no pueden alterarse, pero ahora contamos con mejores estudios y tratamientos para los niños que tienen estos tipos de problemas del corazón.

Los niños y adolescentes pueden reducir su riesgo de padecer una enfermedad del corazón alterando o controlando los factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de padecer una enfermedad del corazón más adelante.
Presión arterial alta (hipertensión arterial)
Colesterol elevado
Tabaquismo
Obesidad
Inactividad física

Reiteramos, algunos de estos factores de riesgo pueden alterarse, tratarse o modificarse y otros no. Pero es importante entender que la prevención es la mejor manera de evitar un problema del corazón más adelante. Si se empieza a controlar el mayor número posible de factores de riesgo en la niñez, es posible reducir el riesgo de padecer una enfermedad del corazón en la edad adulta.


Falta de ejercicio - Sedentarismo


El empeoramiento de los hábitos de vida propio de las sociedades occidentales, la evolución de los sistemas de transporte y la tecnología laboral, los nuevo modos de ocio… todo colabora para que todos –niños y mayores- asuman como válidos comportamientos claramente sedentarios y, por tanto, perjudiciales para la salud.

La inactividad física o falta de ejercicio se considera uno de los mayores factores de riesgo en el desarrollo de la enfermedad cardiaca e incluso se ha establecido una relación directa entre el estilo de vida sedentario y la mortalidad cardiovascular. Una persona sedentaria tiene más riesgo de sufrir arterioresclerosis, hipertensión y enfermedades respiratorias.
Cómo se previene el sedentarismo

Al igual que otros factores, el sedentarismo es un factor de riesgo modificable, lo que significa que la adopción de un estilo de vida que incluya la práctica de ejercicio físico interviene en la mejora de la salud de la persona sedentaria y reduce su riesgo cardiovascular. En este sentido, hay un aspecto fundamental que es la prevención en la infancia.

Los niños de hoy en día tienen peores hábitos de alimentación, ejercicio físico y ocio. La práctica deportiva se suele reducir a las horas que imparten en las escuelas al tiempo que el ordenador, los videojuegos y la televisión se convierten en sus principales vías de esparcimiento. Educar a los más pequeños en la necesidad de tener una vida activa, con ejercicio moderado y actividades al aire libre es el único método para ayudarles a convertirse en adultos sanos.

Sin olvidar, además, que esa prevención colaboraría en la mejora de las cifras de colesterol y sobrepeso de los más pequeños.
Tratamiento

El sedentarismo sólo se combate con actividad física. Y, como hemos repetido en numerosas ocasiones, no se trata de convertirse en un atleta de competición. La clave está en modificar los hábitos sedentarios de vida y ocio y transformarlos de forma que se incremente nuestro nivel de actividad física y deporte. En el caso de los adultos sedentarios que llevan mucho tiempo sin hacer ningún tipo de ejercicio es conveniente que consulten a su médico: tan peligroso es para la salud no hacer nada de deporte como, en esa situación, lanzarse a un ejercicio exhaustivo y desmedido de forma aislada.
Relación con otros factores

El sedentarismo, además de provocar por sí mismo un importante daño a nuestro sistema cardiovascular, contribuye a acentuar los efectos de otros factores de riesgo como la obesidad, la hipertensión o el colesterol. Una persona sedentaria tiende a tener sobrepeso, suele fumar y es habitual que tenga una alimentación desequilibrada.

Por el contrario, está demostrado que la actividad física y el ejercicio colaboran tanto en el mantenimiento del peso como en el control de las cifras de tensión arterial y colesterol.


VÍDEOS
 DE ENTRENAMIENTOS


                                       

                                   

                             

                              


beneficios, riesgos y contra indicaciones de la actividad fisica.


Diferentes estudios sociológicos muestran un alto grado de sedentarismo
en la población escolar española, siendo la adolescencia una etapa de la vida
donde se reduce de forma importante la práctica de ejercicio físico. El estudio
de las conductas de los escolares relacionadas con la salud (ECERS) muestra
un gran porcentaje de adolescentes sedentarios, que va aumentado con la
edad, especialmente en las chicas (Mendoza, 2000). Casimiro (1999) evidenció
que del final de primaria al final de secundaria se produce un descenso
significativo del nivel de actividad física de los escolares, tanto en chicos como
en chicas. Este sedentarismo es uno de los factores de riesgo de las
enfermedades cardiovasculares, metabólicas (obesidad, hipercolesterolemia,
hiperlipidemias, hipertensión arterial, osteoporosis y diabetes) y respiratorias,
junto al consumo de tabaco, alcohol, el estrés y una dieta desequilibrada.
Los mayores beneficios saludables se obtienen cuando se pasa del
sedentarismo a niveles moderados de condición física o actividad, y los
beneficios no aumentan más cuando se pasa de niveles moderados a altos
niveles de condición física o actividad. Por el contrario, mientras los riesgos
derivados de la actividad son muy reducidos a niveles moderados de actividad,
estos aumentan exponencialmente cuando la intensidad es muy importante.
Además, cualquier actividad no es necesariamente saludable, sino que
depende de la intensidad, las características personales, la frecuencia, la
seguridad, la satisfacción, la relación social y el respeto al medio ambiente,
entre otros aspectos.11
Parece prudente intentar maximizar los beneficios y disminuir los riesgos,
en el caso de realizar ejercicio físico para mejorar de la salud, siendo el
ejercicio moderado regular la mejor alternativa.
La práctica regular de actividad física produce una serie de adaptaciones
morfológicas y funcionales que mejoran la salud psico-biológica en diferentes
sistemas funcionales:
Aparato locomotor:
- Huesos: estimulación de la osteoblastosis, mejor nutrición del cartílago de
crecimiento, condensación y ordenación de las trabéculas óseas, incremento de
la mineralización y densidad ósea (previene fracturas, osteoporosis y otras
lesiones del sistema óseo).
- Articulaciones: mejora la lubricación articular e incrementa la movilidad articular
(previene procesos artrósicos y artríticos).
- Músculos y ligamentos: aumento de la síntesis y ordenación de las fibras de
colágeno, incremento de la resistencia tendinosa y ligamentosa, hipertrofia
muscular general o selectiva (fibras lentas o rápidas), mejora metabólica
(aeróbica y anaeróbica).
Sistema cardio-vascular:
- Corazón: aumento del tamaño (fundamentalmente del ventrículo izquierdo) y de
las paredes del músculo cardíaco.
- Vasos sanguíneos: mayor densidad alveolo-capilar, mejora de la elasticidad y
resistencia de las paredes arteriales (se disminuye la resistencia periférica total y
disminuye la tensión arterial y la arteriosclerosis).
- Volumen sanguíneo o gasto cardíaco: incremento durante la práctica de actividad
física, con ligero aumento de la hemoglobina total transportada en sangre.
- Frecuencia cardíaca: disminución en situación basal y de reposo, disminución
durante trabajos submáximos, y en menor medida, en trabajos máximos.
- Volumen sistólico: incremento durante trabajos máximos y submáximos.
- Presión arterial: disminución en situación basal y de reposo, en mayor medida la
tensión arterial sistólica que la diastólica, posibilidad de incremento de la sistólica12
ante trabajos máximos (aumentando la tensión arterial diferencial), lo que
favorece la asimilación del esfuerzo físico de alta intensidad.
Sistema respiratorio:
- Pulmones: incremento de las cavidades pulmonares, por incremento de la
elasticidad de los músculos respiratorios y ligamentos.
- Vías respiratorias: incremento de la superficie de contacto entre alvéolos
pulmonares y capilares sanguíneos, mejora de la difusión pulmonar.
- Musculatura respiratoria (diafragma, abdominales e intercostales): incremento de
la fuerza y elasticidad muscular.
- Capacidad vital: aumento, condicionado por las mejoras en ventilación y
frecuencia ventilatoria.
- Ventilación total y frecuencia ventilatoria: disminución en esfuerzos submáximos
e incrementos en esfuerzos máximos.
- Volumen corriente: incremento en esfuerzos máximos.
Metabolismo:
- Incremento del consumo de oxígeno máximo: mejora de los procesos fisiológicos
de ventilación, difusión, perfusión, transporte de gases en sangre, intercambio de
gases con el músculo y utilización del oxígeno por el mismo (mejora la diferencia
arterio-venosa de oxígeno).
- Metabolismo aeróbico muscular: aumento del número y tamaño de mitocondrias,
reserva y utilización de triglicéridos, aumenta el contenido de mioglobina y la
actividad enzimática oxidativa.
- Lipoproteínas: incremento de la lipoproteína de alta densidad (HDL) para
transportar el colesterol y disminuye la lipoproteína de baja densidad (LDL) que
deposita el colesterol en las paredes arteriales.
Sistemas de dirección: sistema nervioso y sistema endocrino:
- Sistema nervioso de relación: mejora de los procesos de recepción, elaboración
y transmisión de información sensitiva y motora desde el aparato locomotor a
sistema nervioso y viceversa; mejora de las coordinaciones intra e intermuscular.13
- Sistema nervioso vegetativo o autónomo: regulación del funcionamiento corporal
por adecuación de la actuación del eje hipotálamo-hipófisis-glándulas dianas,
condicionando un mejor ajuste a situaciones de alerta y estrés (mejora del
sistema nervioso simpático) y, por otra parte, una economía de las funciones
vitales (mejora del sistema nervioso parasimpático).


 

http://gudechile.blogspot.com/2012/05/diferentes-estudios-sociologicos.html 
(Autor: Patricio Salvo)

Obesidad infantil en Chile


¿Responsabilidad individual o responsabilidad social?

Chile, al igual que muchos países en el mundo, presenta un aumento en el número de casos de niños con sobrepeso y obesidad. Las cifras actuales muestran que este problema constituye uno de los principales problemas de salud pública del país. Nuestro país cuenta con información privilegiada gracias a la evaluación del peso y talla efectuada a los niños menores de seis años que se efectúa en los controles de salud de los establecimientos de atención primaria de salud, así como en las escuelas en el primer año básico. Estas actividades han permitido conocer el problema, así como observar su tendencia en el tiempo.
Datos provenientes de numerosos estudios muestran que variables como la edad, el nivel socioeconómico, así como la región del país, tienen una enorme influencia en la frecuencia del problema, encontrándose que en la medida que va aumentando la edad, la prevalencia de obesidad es mayor. Cuando los datos se analizan por regiones, se encuentra que la obesidad infantil  es mayor en las regiones extremas del país como Arica y Magallanes y cuando se analiza por nivel socioeconómico, la mayor frecuencia  aparece en los niños pertenecientes a los quintiles de ingresos más bajos o sea lo más pobres.
La información que entrega anulmente la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (www.junaeb.cl) muestra que en los escolares la obesidad alcanzó el año 2006 un 19,4%.
La principal causa de sobrepeso y obesidad en las personas está determinada por un exceso en la ingesta de energía por sobre el gasto de ella, mediada por  factores sociales, genéticos, ambientales. Sin embargo, el rápido aumento de niños con obesidad durante los últimos años apunta a que los factores genéticos no son la causa fundamental del problema, ya que el patrimonio genético de las poblaciones ha sido relativamente estable en el tiempo. Por eso, si bien la genética puede ser importante, el sobrepeso y la obesidad son actualmente la expresión de factores ambientales inadecuados como son los mediados por una inadecuada alimentación y la falta de actividad física.
La mayor prevalencia de obesidad en las familias de los niños obesos reafirma que éstas tienen un rol fundamental en la génesis y mantenimiento de la obesidad infantil, posiblemente, a través de un efecto combinado de predisposición genética y especialmente de transmisión de hábitos de vida.
El cambio del modelo económico en la gran mayoría de los países, Chile entre ellos, ha contribuido a la modificación de los estilos de vida, incorporando hábitos  que han modificado la dieta tradicional chilena. Esta nueva forma de alimentarse se caracteriza por un consumo importante y frecuente de alimentos ricos en calorías, grasas, especialmente grasas saturadas, grasas trans, sal y  azúcares simples. Estos alimentos suelen ser de bajo costo, de fácil acceso, se anuncian en forma muy atractiva en los medios de comunicación y tienen atractivas presentaciones que han sido diseñadas especialmente para los niños. Estos patrones alimentarios, asociados a una disminución en la actividad física (menor cantidad de juegos al aire libre, aumento de horas de TV y computador, automatización de la vida) han permitido que parte de la energía proporcionada por la dieta se ahorre, contribuyendo al depósito de grasa corporal y al desarrollo de la obesidad.
La obesidad infantil al igual que la obesidad del adulto se asocia en un número importante de casos de enfermedades tales como dislipidemias (colesterol elevado), hiperinsulinemia, intolerancia a la glucosa, diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, alteraciones ortopédicas (dorso curvo, pie plano y escoliosis), apneas del sueño, exclusión social y otros problemas como baja autoestima, depresión y desórdenes del apetito. Todas estas patologías presentes ya en esta generación de niños determinarán que ellos tengan mayores necesidades de atención médica cuando sean adultos jóvenes, las que se sumarán a las otras urgentes necesidades en salud  presentes en otros grupos de población. Inevitablemente los costos en salud irán aumentando y la calidad de vida se deteriorará aún más por la complejidad que significa el manejo de las enfermedades crónicas.
El principal desafío para las autoridades sanitarias es el fuerte aumento en los costos de salud, ya que estas personas relativamente jóvenes con más de un factor de riesgo crónico necesitarán diferentes y numerosas atenciones profesionales para tratar de mantener la salud y una aceptable calidad de vida.

    



http://gudechile.blogspot.com/2012/05/obesidad-infantil-en-chile.html
 (Autor: Patricio Salvo)

Ser Activos


Cuando las personas se vuelven más activas, se reduce el riesgo de que puedan padecer afecciones cardiacas, algunos tipos de cáncer y diabetes, y además pueden controlar mejor su peso, incrementar su resistencia para realizar trabajos físicos y mejorar la salud de sus músculos y sus huesos. También tienen más posibilidades de que mejore su calidad de vida y su salud psicológica. La actividad física no sólo puede añadir años de vida, sino que también se están recopilando pruebas de que añade calidad de vida a esos años.
Para fomentar la actividad física es necesaria la intervención concertada de varios organismos que ayuden a las personas a reducir su sedentarismo e incrementar el ejercicio de actividades físicas, y que cambien el entorno para potenciar que la gente sea más activa. Los gobiernos nacionales, regionales y locales tienen que trabajar más con los urbanistas y planificadores del transporte, los colegios, los lugares de trabajo y las autoridades sanitarias para fomentar más actividades como caminar, montar en bicicleta y las actividades deportivas. A su vez, es responsabilidad de cada persona volver a revisar y evaluar sus prioridades, para conseguir llevar un estilo de vida que incluya más actividades físicas al día.

¿Cuánta actividad física necesitamos?


Durante muchos años, los educadores físicos adoptaron métodos de entrenamiento para mejorar la salud cardiovascular, que consistían en ejercicios enérgicos en los que se trabajaba con grandes grupos musculares durante al menos 20 minutos seguidos, con una gran intensidad (equivalente a un 60-80% del ritmo cardiaco máximo). Desgraciadamente, se observó que este nivel de ejercicio era demasiado intenso para la mayoría de la gente, que continuó siendo inactiva.
Las recomendaciones más recientes en Estados Unidos y el Reino Unido es que se realicen actividades físicas con niveles moderados de intensidad. Se piensa que es mucho más fácil que un mayor porcentaje de la población realice actividades físicas moderadas, como caminar a paso ligero, ya que este tipo de ejercicios se pueden incorporar más fácilmente a las rutinas diarias y exigen menos esfuerzo físico. Caminar a paso ligero durante 20 minutos al día puede suponer una diferencia de 5kgs al año y contribuir a una mejor salud cardiovascular, además de aportar otros beneficios físicos y mentales. Actualmente, las recomendaciones insisten en que se camine a paso ligero durante treinta minutos todos o casi todos lo días de la semana. Está demostrado que la misma cantidad de ejercicio dividida en dos o tres espacios más cortos de tiempo puede ser casi igual de efectiva y más fácil de sobrellevar si se realiza diariamente.
Los diferentes tipos e intensidades de actividad física contribuirán a mejorar aspectos diferentes de la salud y la forma física. Por ejemplo, aunque un ligero paseo a la hora de la comida no es lo suficientemente intenso como para mejorar la salud circulatoria, puede servir para hacer una saludable pausa en el trabajo, mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés, además de contribuir también a controlar el peso. Para las personas a las que no les gusta el ejercicio planificado o se sienten incapaces de hacerlo, también puede resultar muy útil reducir el tiempo dedicado a actividades sedentarias, como ver la televisión. Para que todas las zonas del cuerpo se beneficien al máximo, es necesario realizar también diversos ejercicios específicos de fortalecimiento y estiramientos. Esto es especialmente importante en la gente mayor.
La recomendación de que se realicen ejercicios moderados no invalida el hecho de que las actividades más intensas sean más beneficiosas, especialmente porque mejoran la salud del corazón y el metabolismo de la glucosa.
Las recomendaciones de la Declaración de Quebec sobre Actividad Física, Salud y Bienestar (Quebec Consensus Statemen on Actividad física, Health and Well-Being) proporcionan útiles directrices sobre actividad física.


Resumen de las recomendaciones de la Declaración de Consenso de Quebec sobre Actividad Física, Salud y Bienestar(1995)
Las actividades deberían:
  • Movilizar grandes grupos musculares
  • Ser más que una carga habitual
  • Requerir un consumo mínimo total de 700 kcal/ semana
  • Realizarse con regularidad y si es posible diariamente
En la práctica, un ejercicio rítmico continuado, como andar a paso ligero durante 20-30 minutos al día, sería suficiente para cumplir estos requisitos en la mayoría de los adultos.Para conseguir unos beneficios máximos para la salud, las actividades deberían:
  • Incluir periodos de actividad intensa
  • Incluir diversas actividades
  • Ejercitar la mayor parte de los músculos del cuerpo, incluido el tronco y la parte superior del cuerpo
  • Suponer un gasto de hasta 2000 kcals/ semana
  • Mantenerse durante toda la vida

¿Qué riesgos se asocian a la actividad física?

No existe ninguna acción que no conlleve riesgos, y el ejercicio no es una excepción. Por ejemplo, la posibilidad de sufrir una muerte cardiaca súbita durante el ejercicio físico intenso se multiplica por 5 en personas en buena forma y por 56 en personas en baja forma. También se incrementa el riesgo de lesiones, particularmente en los pies, los tobillos y las rodillas, cuando se realizan ejercicios o deportes intensos. Por último, gran parte de la atención de la prensa se ha centreado en la "adicción al deporte", de las personas que se 'enganchan' y dejan de lado otros aspectos de la vida, como el trabajo o las relaciones sociales. Aunque se ha identificado un síndrome de dependencia del deporte, es muy poco común, y normalmente se asocia a otros problemas psicológicos, como la anorexia nerviosa, el neurotismo excesivo y los desórdenes obsesivo-compulsivos.

¿Qué costes tiene la inactividad?

El cuerpo humano está diseñado para moverse, y por ello una vida sedentaria puede tener como consecuencia enfermedades e incluso la muerte prematura. En una revisión de 44 estudios, se comprobó que los adultos que realizan una actividad física moderada, especialmente durante la mediana edad y posteriormente, tienen el doble de posibilidades que las personas sedentarias de evitar una muerte temprana y el desarrollo de enfermedades graves. El nivel de los beneficios obtenidos para la salud es similar a los que se consiguen dejando de fumar, y hoy en día se reconoce que la inactividad es uno de los factores de riesgo en las enfermedades cardiacas.
¿Cómo se traduce esto en costes económicos? Las enfermedades y la muerte prematura hacen sufrir a las victimas, y a los amigos y familiares, pero además suponen un enorme coste económico en lo que respecta al absentismo laboral por bajas y a la atención sanitaria. La mayoría de los estudios se han realizado en Estados Unidos, y en ellos se estima que un 18% de los casos de enfermedades cardiacas (con un coste de 24.000 millones de dólares - 1995) y un 22% de los casos de cáncer de colon (con un coste de 2.000 millones de dólares) en la población, pueden estar provocados por la inactividad. Actualmente, se sabe que los gastos médicos de las personas activas son un 30% más bajos que los de las personas inactivas.
Se estima que en Gran Bretaña, que tiene el porcentaje de obesidad más alto de Europa, (en torno a un 20% de la población, lo cual es al menos en parte debido a la inactividad), el coste anual de la obesidad es de 500 millones de libras, y provoca la pérdida de 18 millones de días de bajas por enfermedad al año.

¿Qué ventajas tiene la actividad física?

El aumento de las actividades físicas tiene numerosas compensaciones, entre ellas la reducción del riesgo de padecer ciertas enfermedades y afecciones, y la mejora de la salud mental.

Enfermedades coronarias y accidentes cerebro vasculares


Las enfermedades coronarias son la principal causa de muerte en Europa. Llevar un estilo de vida activo, con un nivel moderadamente alto de ejercicios aeróbicos, puede reducir las posibilidades de contraer enfermedades cardiacas graves o morir por su causa. Los beneficios que el ejercicio aporta a la salud, pueden notarse si se realizan actividades físicas moderadas, y son más evidentes en las personas sedentarias que cambian sus hábitos y se vuelven más activas. Actividades, como caminar, montar en bicicleta con regularidad o realizar cuatro horas a la semana de ejercicio físico, reducen el riesgo de padecer afecciones cardiacas. También se ha comprobado que la actividad física ayuda a recuperarse de las enfermedades cardiacas, mediante programas de rehabilitación que se basan en el ejercicio, y resultan eficaces para reducir el peligro de muerte. Los efectos de la actividad física en los accidentes cerebrovasculares están menos claros, ya que las conclusiones de los diferentes estudios son contradictorias.

- Obesidad y exceso de peso


Para mantener el peso es necesario que haya un equilibrio entre la energía que se gasta y la energía que se consume. La obesidad se desarrolla cuando se consume más de lo que se gasta durante un determinado periodo de tiempo. Se piensa que la obesidad es consecuencia directa de los cambios que se han dado en nuestro entorno, entre ellos la disponibilidad de instrumentos que ahorran trabajo, el transporte motorizado, entretenimientos sedentarios como ver la televisión, y un acceso más fácil a alimentos ricos en calorías a un menor precio. La incidencia de la obesidad se ha triplicado en los últimos 20 años y, actualmente, en los países europeos son obesos entre un 10-20% de los hombres y un 10-25% de las mujeres (datos de la IOTF) (Índice de Masa Corporal >30). Existen pruebas cada vez más evidentes de que la reducción de los niveles de actividad física es un factor fundamental en el incremento de la obesidad.
Existen varios estudios que demuestran que se puede prevenir la obesidad llevando un estilo de vida activo y manteniéndose en forma. En particular, parece que la actividad evita el aumento de peso que se suele dar en personas de mediana edad.
El ejercicio puede ayudar a las personas que ya son obesas o tienen sobrepeso, a perder peso, si lo combinan con una dieta hipocalórica (baja en calorías) y puede mejorar su composición corporal, ya que conserva el tejido muscular y aumenta la pérdida de grasa. La actividad física también es efectiva para reducir la grasa abdominal o "forma de manzana" ( cuando la grasa se acumula en la zona del estómago y el pecho), que se asocia con un incremento del riesgo de padecer diabetes o enfermedades cardiacas. Además, las personas que hacen regularmente ejercicio tienen más posibilidades de mantener la pérdida de peso a largo plazo.
Quizás la mayor ventaja que tiene la actividad física par las personas obesas es su efecto sobre su perfil de riesgo. Se ha comprobado que las personas obesas que logran mantenerse activas y en forma reducen el riesgo a padecer afecciones cardiacas y diabetes, hasta niveles parecidos a los de las personas no obesas. Esto demostraría que no es poco saludable estar obeso, siempre que se esté en forma.

- Diabetes en adultos


La incidencia de diabetes tipo 2 se ha incrementado rápidamente. Frecuentemente se atribuye a un aumento de la obesidad, aunque existen pruebas contundentes que demuestran que la inactividad es también un factor de riesgo. Según los estudios, en las personas que son más activas el riesgo de desarrollar diabetes es un 30-50% menor que en las que son sedentarias. Se ha comprobado que el ejercicio retrasa o posiblemente previene que la intolerancia a la glucosa se convierta en diabetes y es también beneficioso para las personas a las que ya se les ha diagnosticado diabetes. Hay algunos interesantes estudios que han demostrado que realizar ejercicio, como andar o montar en bicicleta, tres veces a la semana durante 30-40 minutos , puede suponer pequeñas pero significativas mejoras en el control glucémico (azúcar en sangre) de los diabéticos.

- Cáncer


Parece ser que mantenerse físicamente activo reduce el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, y que la actividad moderada o intensa es la mejor manera de protegerse. Por ejemplo, realizar ejercicio físico reduce el riesgo de desarrollar cáncer de colon o cáncer rectal en un 40-50%. La actividad física podría también tener un impacto en otros tipos de cáncer, pero todavía no hay pruebas suficientes que lo demuestren.

Mejora de huesos y músculos


Hacer ejercicio de forma regular puede ser beneficioso para los desórdenes y enfermedades que afectan a los músculos y los huesos (como la osteoartritis, el dolor lumbar y la osteoporosis). Hacer deporte ayuda a fortalecer los músculos, tendones y ligamentos y a densificar los huesos. Hay programas de actividad física diseñados para mejorar la resistencia muscular, que han demostrado ser útiles para ayudar a los adultos de mayor edad a mantener el equilibrio, lo cual puede ser útil para reducir las caídas. El ejercicio también es eficaz para prevenir dolores lumbares y reduce la reincidencia de los problemas de espalda. No obstante, no está del todo claro qué tipo de ejercicio es mejor para el dolor de espalda. No se ha demostrado que la actividad física ayude a prevenir la osteoartritis, pero se ha comprobado que caminar reduce el dolor, la rigidez y la discapacidad, además de mejorar la resistencia, la movilidad y la calidad de vida en general.
Hacer deporte (lo que incluye ejercicios en los que se cargue con el peso del cuerpo, además de actividades entre moderadas e intensas) puede incrementar la densidad mineral y el tamaño de los huesos en adolescentes, ayudar a mantenerlo en los adultos y ralentizar su descenso en los ancianos. Esto puede contribuir a prevenir o retrasar la aparición de osteoporosis, pero no puede invertir el proceso una vez que se ha desarrollado la enfermedad.

- Mejora de condiciones mentales


Existen numerosos estudios que han demostrado que la actividad física reduce la depresión clínica y puede ser tan efectiva como los tratamientos tradicionales, por ejemplo la psicoterapia. Si se realiza ejercicio físico con regularidad durante varios años también se reduce el riesgo de la reaparición depresiones.

También se ha comprobado que la actividad física mejora la salud psicológica en las personas que no padecen alteraciones mentales. Hay numerosos estudios que han documentado mejoras en la salud subjetiva, el estado de ánimo y la emotividad, así como en la autopercepción de la imagen del cuerpo y la autoestima física.
Es más, tanto los periodos cortos de actividad como el entrenamiento deportivo continuado reducen la ansiedad y mejoran las reacciones ante el estrés, así como la calidad y extensión del sueño. También se ha demostrado que el ejercicio mejora algunos aspectos del funcionamiento mental, como la planificación, la memoria a corto plazo y la toma de decisiones.
Parece que la actividad física es especialmente saludable para las personas mayores, y reduce el riesgo de demencia y Alzheimer.

¿Qué quiere decir actividad física?


Actividad física, ejercicio, forma física - todos estos términos se utilizan normalmente para referirse a las personas físicamente activas. Aún así en términos científicos, pueden tener significados ligeramente diferentes. Los términos más comúnmente utilizados se definen en la siguiente tabla.



 Definiciones relacionadas con la actividad física
Actividad físicaEs la energía total que se consume por el movimiento del cuerpo. Incluye actividades de la rutina diaria, como las tareas del hogar, ir a la compra, trabajar.
EjercicioMovimientos planificados y diseñados específicamente para estar en forma y gozar de buena salud.
DeporteActividad física ejercida como competición que se rige por unas normas. En muchos países europeos el término deporte abarca todo tipo de ejercicios y actividades físicas realizadas durante el tiempo libre.
Forma físicaSerie de atributos, como la resistencia, la movilidad y la fuerza, que se requieren para realizar actividades físicas.

La actividad física se refiere a la totalidad de la energía que se gasta al moverse. Las mejores actividades físicas son las actividades cotidianas, en las que hay que mover el cuerpo, como andar, montar en bicicleta, subir escaleras, hacer las tareas del hogar, ir a la compra, y la mayoría de ellas forman parte inherente de nuestra rutina. Por el contrario, el ejercicio es un esfuerzo planificado e intencionado, al menos en parte, para mejorar la forma física y la salud. Puede incluir actividades como andar a paso ligero, la bicicleta, el aeróbic y quizás algunas aficiones activas como la jardinería y los deportes competitivos.
La forma física es principalmente el resultado que obtenemos, según nuestros niveles de actividad física, aunque también son importantes los factores genéticos, gracias a los cuales algunas personas tienen una capacidad natural y un físico adecuado para destacar en algunas actividades. Esto es más perceptible en los deportes de competición, como las carreras de fondo o el levantamiento de pesas, donde los mejores participantes suelen ser los que tienen una predisposición genética. Aún así, es importante recordar que las pruebas de las que se dispone hasta la fecha demuestran que lo que puede ayudarnos a gozar de una buena salud (más que ningún componente hereditario de buena forma) es realizar con regularidad actividades físicas. Esto significa que todos, seamos atléticos o no por naturaleza, podemos beneficiarnos si aumentamos nuestra actividad física.

Introducción - Actividad física


Introducción

En la lucha por el control del peso y la buena salud general, se da mucha importancia al tipo y cantidad de alimentos y bebidas que se consumen. Se ha prestado menos atención a la cantidad de energía que gastaríamos si fuéramos físicamente activos. Pero ambos aspectos están estrechamente ligados. A diferencia de nuestros ancestros, ya no necesitamos emplear demasiada cantidad de energía para encontrar alimentos. Debido a los avances tecnológicos, al transporte motorizado, la automatización y la maquinaria que ahorra trabajo, la mayoría de la gente tiene menos oportunidades de gastar energía. Se ha demostrado que aproximadamente el 70% de la población en los países occidentales no es lo suficientemente activa como para poder gozar de una buena salud y mantener el peso.